La vida es algo a lo que debemos dar mucha importancia. Vida sólo hay una y hay que aprovecharla. Algunas personas no le dan sentido y la desaprovechan. Con esto me refiero a las personas que se van al mundo de las drogas y del alcohol y se fastidian a sí mismos y algunas veces a los seres que les rodean. Hay que tener los pies en el suelo y ser responsable con lo que haces en tu vida. Da lo mejor que tengas de ti mismo a los demás, aunque no recibas nada a cambio, porque seguro que cuando lo haces te sientes mejor.
Relacionado un poco con esto, hay personas que dedican todos los años que el cuerpo les permite a dar su vida por los demás y entregarse plenamente a ello.
El máximo representante de Dios en la tierra, que es el Papa, da muchos argumentos
sobre el valor de la vida humana, el aborto y otros temas polémicos en los que supo orientarnos y en los que yo estoy de acuerdo con él, aunque haya mucha gente que no lo esté.
Uno de los papas que se entregó mucho por los demás fue Juan Pablo II, también llamado el papa viajero, que se preocupó por todo el mundo y que supo vencer a la muerte en uno de los momentos más difíciles de su vida, cuando le intentaron asesinar y luchó por seguir adelante. Este ejemplo es el que tenemos que seguir los cristianos y el resto de la humanidad, aunque no crean en Dios. Nunca hay que rendirse y siempre hay que seguir adelante por grandes que sean las dificultades. Siempre habrá esperanzas hasta en el lugar más recóndito que nosotros podamos imaginar.